Tuesday, 8 May 2018

La Maison des Vins - Enrique Plasencia


¡Qué bien volver a escribir aquí! Han sido años de no publicación, pero sí de escritura, pero poco, menos de lo deseado como se acostumbra. El motivo de volver hacerlo me lo da un amigo con una idea estupenda, que enmascara valores hoy y siempre valiosísimos como son el esfuerzo, valentía, emprendimiento, coraje, lucha y trabajo, mucho trabajo.

Cómo siendo español, de Sevilla y con grandes dotes de “espabile” uno se ilustra, estudia, interpreta, diseña…¡crea! Crear una idea y plasmarla en un negocio, tener una idea un día, que probablemente sea una pasión, y plasmarla en un negocio, tu negocio, tu vida, tu dinero, tu pasión, tu inversión. Siendo un “noveau” experto en vinos gracias al leal saber y entender de la sapienza de la ciudad de “Bordeaux”, hoy tengo la suerte de tener un amigo experto en vinos y que encima ha abierto una tienda de vinos, con un gusto y una belleza propias de la zona del Rio Dordoña, allá en las preciosas tierras de Aquitania, las de Leonor…

Situada en la “ Rue de la Balme” en Beynac-et-Cazenac, mis queridos Lorena y Enrique se han aventurado, una vez más, en el difícil pero apasionado mundo de los vinos, tratando de plasmar las lecciones aprendidas en Burdeos y despachar grandes caldos a los viandantes de la región de Aquitania, sitio turístico donde en el pasado medievo, que aún se conserva, ya bebían vino, seguro estoy, no tan rico y acertadamente explicado como lo hace Enrique, que además de una sonrisa inigualable ”que viene de fábrica”, te explicará y abrazará con sus explicaciones que te llevarán a elegir el vino que exactamente te guste, el que buscas o ese que quieras descubrir pero que por miedo a lo desconocido nunca antes lo habías probado. Enrique te da, lo que el desconocimiento te quita, te da formación, interés e intuición de lo que el cliente quiere cuando entra en su “despacho de vinos” que en su diseño se asemeja a esos despachos de mosto de la Híspalis aljarafeña de tiempos pasados. Tienda pequeñita familiar acogedora y coqueta, lo justo para sentirte cómodo entre barricas y botellas de buen vino, en su mayoría francés, y seguro que algunos de ultramar. Prometo llevarle algo del Sur de África entre “pinotages y cabernetes” de los otrora Hugonotes.

 Expertos y vecinos de la zona ya disfrutan de su apertura de puertas que tendrá colofón con su inauguración donde estoy seguro habrá, entre otros manjares, muy buen vino. Ojalá el que escriba pueda estar en la inauguración.

Mis mejores deseos de suerte y éxito en esta “caldosa” aventura.