Friday, 31 May 2019

Del Locos y Souer




Recién llegados a Chile, en búsqueda curiosa del “Loco”, ese pseudo-molusco de aspecto sencillo en circunferencia cuasi perfecta que me lleva a los océanos galaicos de percebes de”a kilo”.

Pues si, el Loco, ese “marisco” que, en Santiago de Chile, otrora Santiago de Nueva Extremadura, como bautizara el bueno de Valdivia, he tenido el lujo de degustar. Un marisco que es de una finura excelente, aunque tedioso en su preparación, pues se asimila a la paliza que se le endiña al pobre pulpo para que ablande su sabrosa carne ¡verá tú los animalistas!

Para que hablar de cómo los prepara el Coco Pacheco, en su restaurante “Aquí está Coco”, en el bonito barrio de Providencia en Santiago. Es un marisco que sólo deleita, acompañado se ruboriza, pero que en la boca es de una finura y ternura sibilina.

Mi relación con el Loco se inicia en México, donde nuestros compadres Seba y Gabi nos dieron a probarlos en conserva, conserva de muy alta calidad, por cierto, vendida en supermercados pero de precios altos. La conexión perfecta existe entre el Pisco Souer de mi Gabi, Chileno, claro, sin clara de huevo…que engorda, pero que la conjunción te eleva a la perfección del buen comer. Ojo que el Pisco Souer se toma en vaso de chupito, y no en vaso de sidra como el que escribe solía engullir, hasta que el dolor de cabeza se instalaba de seguido en mi testa, y me dio por preguntar que como se bebía el Souer.

El Pisco Souer, allá peruano allá chileno es una soberbia del limón que refresca, y el licor, el pisco, amable que no destroza como si el tequila Guadalajareño que definitivamente te golpea y destroza hasta la derrota.

Ese es el aterrizaje gastronómico en nuestro Santiago de Nueva Extremadura, dónde de la mezcla Hispano-Chilena; me llevo éstos lujos desconocidos de la gastronomía “hatualpina”.

Salud po.